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Voluntariado y datos geográficos en emergencias: el caso de Humanitarian OpenStreetMap Team

NewsData entrevistó a Juan Arellano, miembro de la organización Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT), quien explicó cómo el mapeo colaborativo se convirtió en una herramienta clave para la respuesta ante desastres. También, analizó la conexión entre tecnología y acción humanitaria, los dilemas éticos del mapeo y el impacto de contar con datos actualizados en momentos críticos. La experiencia en Bahía Blanca tras la gran inundación que sufrió esa ciudad.

Juan Arellano integra la organización Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT).
Juan Arellano integra la organización Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT).

–¿Cómo se vincula la tecnología con la ayuda ante emergencias en Humanitarian OpenStreetMap Team?

–Hay que empezar diciendo que primero nace OpenStreetMap, una organización sin fines de lucro que tiene una comunidad formada por muchos voluntarios interesados en la cartografía. Básicamente, OpenStreetMap distribuye datos geoespaciales libres.

Luego, con el gran terremoto en Haití en 2010, la ciudad de Puerto Príncipe había quedado destruida y se necesitaban mapas para los equipos de ayuda humanitaria. Entonces, los mapeadores convocaron a voluntarios de todo el mundo para ayudar. Se logró actualizar el mapa de la ciudad, lo que facilitó la llegada de la asistencia.

Así es como lo tecnológico se conectó con lo humanitario. Con el tiempo, un grupo de estos voluntarios decidió fundar el Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT), una organización separada, pero ligada a OpenStreetMap, que se especializa en cartografía humanitaria.

 

¿Para qué le sirve a la comunidad ese trabajo?

El mapa del mundo no está terminado, porque las ciudades cambian permanentemente. Las alcaldías modifican el sentido de las calles, crean nuevas avenidas, se urbanizan asentamientos informales que antes no estaban reconocidos. Todo eso tiene que verse reflejado en el mapa.

Si alguien decide construir un tercer piso en su casa, el mapa debe actualizarse. Para los mapeadores, el compromiso es que el mapa refleje la realidad con la mayor precisión posible.

¿Cómo se usan esos mapas en situaciones de emergencia?

–Muchas veces no hay mapas actualizados. La imagen satelital puede ser antigua y no reflejar los cambios recientes, como barrios nuevos o edificios que no existían cuando se tomó la imagen.

En caso de un desastre, las autoridades necesitan mapas actualizados para saber dónde están los colegios, por ejemplo, porque suelen usarse como hospitales de campaña o centros de distribución de ayuda. Pero, ¿qué pasa si algunos de esos colegios fueron destruidos? Un mapa actualizado permite evaluar cuántos siguen operativos y cómo distribuir a las personas damnificadas.

 

¿Se coordina la acción con los gobiernos y las entidades locales?

–Eso es prioritario. Si ocurre un terremoto, por ejemplo, en Chile, podemos lanzar una campaña global para que los mapeadores actualicen la información. Pero de nada sirve si las autoridades no se enteran o no usan esos mapas.

A veces los gobiernos tienen sus propios mapas, pero nos ha pasado varias veces que reconocen que los nuestros están más actualizados que los oficiales. En esos casos, agradecen la ayuda. Y en otros, aunque tengan mapas bastante buenos, tras un desastre hay cambios que necesitan reflejarse en tiempo real.

Hay que tener en cuenta que un mapa nunca se termina. Siempre va a haber cosas que hacer, y entonces la necesidad de datos en el tema cartográfico prácticamente es infinita.

 

¿Hay tensiones o dilemas que surgen con el mapeo?

Mapear es transparentar. Y la transparencia puede ser un arma de doble filo. Un mapa sirve para conocer un territorio, pero ¿qué pasa cuando esa información es usada con otros fines?

Un ejemplo: algunas comunidades indígenas prefieren no mapear ciertos sitios sagrados porque temen que, si son identificados, terminen invadidos por turistas o explotados comercialmente. Por eso, en muchos casos el trabajo con la comunidad es clave. No se trata solo de mapear por mapear, sino de hacerlo en diálogo con quienes habitan esos territorios.

 

Cartografía humanitaria tras la inundación en Bahía Blanca

El equipo de Humanitarian OpenStreetMap Team (HOT) se dedicó a actualizar la cartografía de las zonas afectadas por las inundaciones en Bahía Blanca. Este trabajo es importante para que las autoridades puedan tomar decisiones sobre diversos temas, como priorizar el envío de ayuda, evaluar la infraestructura pública que pueda haber sufrido daños y reforzarla o cambiarla si es necesario, y también para determinar dónde se encuentra la población más afectada, con el fin de priorizar la ayuda en esos lugares.

Con este conocimiento en mente, el equipo comenzó a movilizar contactos en las redes existentes, lo que permitió llegar a funcionarios para coordinar la campaña de mapeo junto a mapeadores argentinos que ya estaban intentando colaborar.

Gracias a una donación de imágenes de buena resolución y actualizadas de parte de la empresa Satellogic, el trabajo de mapeo mejoró notablemente.

Hasta el momento, se han realizado tres tareas de mapeo: dos ya están concluidas y una se encuentra en proceso. Es probable que surjan más tareas a medida que las autoridades de Bahía Blanca lo requieran.

La convocatoria a voluntarios está abierta. La información está en este enlace.

 

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